Musica: el porqué de esa indescriptible sensación | by Agustín Alcoba.

Musica: el porqué de esa indescriptible sensación | by Agustín Alcoba.

• 21 mar 2016

Hola ¿como están? Antes de empezar a hablar del tema quisiera presentarme: mi nombre es Agustín Alcoba y tengo el placer de ser el novio de Nicky. Algunos de mis hobbies son el cultivo, la fotografía y la locución. 

Nicky me dijo si quería hacer algún aporte en el blog; pero como no tengo muchos conocimientos sobre moda, opté por ir tratando de abordar temas que puedan llegar a ser de su interés, y que les sirvan.

Hoy vamos a hablar de la frecuencia del sonido..

Como para empezar tenemos que saber que la frecuencia es el número de veces que aparece, sucede o se realiza una cosa durante un período o un espacio determinados. 

La frecuencia del sonido, se determina por la cantidad de vibraciones o ciclos por segundo de una onda sonora, esto nos permite determinar por ejemplo los tonos de un sonido: graves, medios o agudos.

Las frecuencias se afectan entre sí. Se sabe que todo, incluidos nuestros cuerpos, están compuesto de energía que vibra a diferentes frecuencias.

La ciencia de la cimática demuestra que, cuando las frecuencias de sonido se mueven a través de un medio en particular (por ejemplo el agua o el aire), alteran directamente la vibración de la materia.

Todos tenemos una cierta frecuencia de vibración. Se sabe que nuestros cuerpos están compuestos en un 70 % por agua; por lo que podemos esperar que las frecuencias musicales puedan alterar nuestro estado vibratorio. 

Cada expresión a través del sonido, la emoción o el pensamiento posee una frecuencia específica que influye en todo a su alrededor.
Dicho esto, podemos adentrarnos en la frecuencia 432 Hz.

El campo auditivo humano varía según la edad y salud del oído, oscilando entre los 20 Hz. y los 20.000 Hz.; por ende, debajo o encima de esas frecuencias, no percibimos sonido alguno.

La música que estamos acostumbrados a escuchar, normalmente es de 440 Hz (medida establecida por la Organización Internacional de Normalización); pero algunos estudios sobre la naturaleza vibratoria del universo indican que este tono es inármonico con la resonancia de la naturaleza, es decir, que puede generar efectos negativos en el comportamiento humano y la conciencia. 

 A nosotros (por lo general) nos cuesta diferenciar una frecuencia de la otra, ya hace más de 100 años que nuestras sociedades están acostumbradas a escuchar la frecuencia que oscila entre los 440 Hz. y los 445 Hz.
Hay pruebas de que en la antigüedad se utilizaba la frecuencia de la naturaleza. Se han encontrado instrumentos en las pirámides egipcias afinados a la frecuencia 432 hz, lo mismo ocurrió con instrumentos indígenas y campanas de antiguas catedrales (entre otros objetos).

La nueva frecuencia se comenzó a utilizar para el año 1880, en épocas de guerra, cuando los rusos y austriacos empiezan a investigar cómo afectaba el cambio de la frecuencia de sonido de las bandas militares sobre los soldados a 440/445 Hz. Con ello buscaban controlar sus mentes para anular todo tipo de sentimiento (ya sea amor, compasión, etc), desestabilizándolos emocionalmente para que estén mejor preparados para la guerra. Así comenzaron a subir de frecuencia las trompetas y todos los instrumentos; con el objetivo de controlar a la humanidad en grandes masas.

En 1955 se impuso la frecuencia 440 Hz en el mundo entero. En ese momento más de 20 mil músicos se quisieron imponer al darse cuenta del efecto negativo de esa frecuencia, pero fue en vano. 

Dicen que el cambio de frecuencia puede afectar en la armonía de nuestros chakras (centros de energía que poseemos en el cuerpo): nos genera una desarmonización. Incluso puede llegar a producirnos desde fatiga, hasta angustia o dolores de cabeza.

No crean que el cambio de frecuencia va a modificar todos los aspectos de su vida, sino tómenlo como una herramienta para mantener una armonización en lo cotidiano; simplemente va a ayudarlos a realizar sus tareas (comer, caminar, trabajar) en consciencia. 

Pueden probarlo ustedes mismos convirtiendo la música que están acostumbrados a escuchar, a la frecuencia 432 Hz; con programas como AUDACITY o mismo en Youtube ya han subido algunas canciones. Probablemente sientan que la música es más lenta, pero en realidad tiene un sonido más envolvente.
Tal vez no de manera instantánea, pero notarán la diferencia.

Si se animan, compártannos su experiencia.

Espero que les haya gustado, cualquier duda la despejamos en los comentarios.

¡Buenas vibras!